Estas dunas se componen principalmente de cuarzo, haciendo que la temperatura de la arena sea agradable.
La belleza de sus paisajes se puede admirar entre mayo y agosto, justo después de la temporada de lluvias. El agua queda atrapada entre las dunas y la capa freática, que se encuentra pocos metros de la superficie, creando miles de lagunas, dejando una estampa que te dejará sin palabras.
A medida que nos alejamos de la temporada de lluvia, las lagunas van perdiendo su agua, aunque hay muchas que nunca desaparecen. Esto, y los fuertes vientos, hacen que las dunas empiecen a moverse, hasta 10 cm al día. De esta manera, solo la gente local sabe realmente orientarse dentro de este escenario tan particular.
Los Lençóis se pueden visitar de muchas maneras
Dependerá del tipo de experiencia que estés buscando, del tiempo que quieras pasar en él y hasta dónde quieras llegar. Hay que saber que los vehículos solo están permitidos en una zona específica del Parque. Perfecto para una visita de medio dio o de un día entero, o incluso para disfrutar únicamente del atardecer, todo, sin privarte del privilegio de contemplar sus paisajes o bañarte en sus lagunas de agua dulce cristalinas.
Para sacarle todo el provecho a los Lençóis hay que adentrarse hasta los distintos oasis que se encuentran en él. Tendrás que caminar, o bien, ir a caballo, durante varios días o hasta una semana, siendo la única manera de preservar esta reserva natural, única en el mundo. Te moverás durante las horas en las que el sol es menos fuerte, haciendo pausas en las pocas cabañas rústicas y dispersas por el parque, para comer, bañarte y recuperar fuerzas. Al caer la noche, ya estarás preparado para la cena, en casa de alguna de las familias locales, donde también descansarás en tu hamaca, con el resto de visitantes, bajo el mismo techo.
Una experiencia donde entrarás en contacto con la naturaleza, con la población local y contigo mismo. Es un lugar del que uno no vuelve como llegó, cargado con sentimientos y recuerdos que sólo se pueden conseguir aquí.
Atins es una de las puertas de entrada al Parque de los Lençóis Maranhenses, sin duda, el mejor punto para acceder al Parque. Aunque hay otros pueblos cercanos a los Lençóis, como Santo Amaro, no hay nada comparado a estar en Atins, un destino muy deseado y con una energía única.
Para llegar hasta el Atins, tienes varias posibilidades
La forma más práctica es cruzar el río Preguiça en barco desde Barreirinhas, un viaje que dura aproximadamente una hora y en el que descubrirás una vegetación cambiante a medida que entras en aguas más saladas. La manera más memorable, es haciendo un downwind de una media hora desde la playa de Caburé, que se encuentra en la costa atlántica, en la desembocadura del río. Otra manera, no recomendable, es ir en coche desde Barrerinhas. Un trayecto bastante arriesgado, ya que no hay carretera, solo una arena muy profunda y suelta, siendo muy fácil desorientarse y terminar con el vehículo bloqueado en medio de nada.
La temporada de kite en Atins va entre julio y diciembre, siendo su playa un lugar ideal para aprender o simplemente divertirse
El río y el viento han creado una laguna de aguas tranquilas y poco profundas, protegidas de la fuerza del océano por grandes bancos de arena. Su playa sufre cambios cada año debido a las condiciones climáticas, siendo muy importante contar siempre con el consejo de gente especializada para disfrutar al máximo de este spot.
Si quieres un poquito más de emoción, siempre puedes hacer kite en la desembocadura de la laguna con el Atlántico, incluso ir más allá. Disfrutarás de una vista inolvidable, a la vez que de unas condiciones más exigentes, ideal si te gustan las sensaciones fuertes.
Sin duda, uno de los sueños de cualquier kitesurfista es hacer kite en los Lençóis, pero no es algo que se pueda hacer en cualquier momento. Varias condiciones deben reunirse para que sea realizable. Tendrás que ir a las lagunas que tengan todavía agua y que se encuentren lo más cerca posible del océano, para garantizarte el mejor viento.
Si ya tenías ganas de venir, ahora tienes motivos suficientes para querer visitar Atins y el Parque de los Lençóis Maranhenses. Destinos que hay que ver y sentir, al menos, una vez en la vida, con la garantía de que será una experiencia única e inolvidable.
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